El G5 Sahel (Mauritania, Níger, Burkina Faso, Malí y Chad) se formó para contrarrestar las insurgencias de los grupos terroristas en sus estados miembros. La participación de la Unión Europea en este esfuerzo ha girado en torno a la mejora del diálogo político y las estrategias de consolidación de la paz, pero los retos persisten, especialmente la amenaza de los movimientos separatistas que combinan sus fuerzas con los grupos terroristas islámicos. El estudio explora la eficacia de las estrategias de la UE en la lucha contra la inestabilidad en la región del Sahel. Este estudio de métodos mixtos utiliza conceptualmente la perspectiva del nexo entre seguridad y desarrollo, extrayendo datos cualitativos de fuentes secundarias y datos cuantitativos del Índice de Estados Frágiles, teniendo en cuenta los indicadores de agravios de los grupos; la legitimidad del Estado; los derechos humanos y el Estado de Derecho; y el aparato de seguridad. El estudio parte de la hipótesis de que la situación de la seguridad en la región del G5 del Sahel es principalmente una consecuencia de la mala gobernanza y las discrepancias políticas dentro de estos Estados. Concluye que los esfuerzos de la UE deben dirigirse a mejorar la capacidad de recuperación del Estado a largo plazo a nivel interno, para resistir mejor el terrorismo.