Afrotopía
África no tiene que alcanzar a nadie, no tiene que imitar a nadie. Su posición de primogénita de la humanidad le exige abstenerse de la competencia, de ese infantilismo con el que las naciones se miden para ver quién ha acumulado más riquezas, aparatos tecnológicos, sensaciones fuertes, sin plantearse que esta irresponsable carrera pone en peligro las condiciones sociales y naturales de la vida humana. Necesita lograr su descolonización a través de un encuentro fecundo consigo misma. En treina y cinco años, la población africana representará un cuarto de la humanidad.