La lacra del régimen del apartheid y su exitosa transición a la democracia constituyen una etapa esencial de la historia reciente de la República de Sudáfrica. Un proceso que marcó a todo el continente africano e impresionó a millones de personas en todo el mundo, tanto por las características aberrantes del sistema que se dejaba atrás, que discriminaba a sus propios ciudadanos por el color de su piel, como por la personalidad del principal líder de la lucha contra el mismo, Nelson Mandela. La enormidad de la tarea a la que tuvieron que hacer frente Mandela, de Klerk y el propio pueblo sudafricano en busca de una nación abierta, inclusiva, interétnica y verdaderamente democrática sigue impresionando hoy día.