Liberia

La recuperación económica irregular de Liberia desde la crisis del Ébola se ha descarrilado con la llegada de la pandemia. En 2019, la economía creció solo un 0.4% debido al debilitamiento del sector externo y para 2020 se proyectaba un crecimiento del 1.6%, respaldado por un mayor desempeño en minería, agricultura, silvicultura y servicios. La estabilidad macroeconómica se restablecería con la implementación de un programa de ajuste apoyado por el FMI; no obstante, la crisis sanitaria está revirtiendo las frágiles ganancias del país y podría tener un impacto aún mayor en la economía. Se estima que el PIB se contraerá un 2.5% en 2020, y si la propagación se extiende se proyecta una recesión más profunda, impulsada principalmente por la disminución de las exportaciones de mineral de hierro, oro, diamantes y caucho y una caída en el sector servicios, incluidos los viajes y el turismo. Se espera que la inflación aumente al 23.9% en 2020 debido a un aumento en el precio de los alimentos importados y otros productos. El déficit por cuenta corriente podría ampliarse hasta el 28.4% en el peor de los casos, debido al débil desempeño del sector externo en medio de mayores necesidades de importación de alimentos y otros productos básicos, mientras que una caída en los precios del petróleo podría compensar un nuevo aumento del déficit. En este caso, se espera que el déficit presupuestario sea del 6.8% en 2020 a medida que aumenten los gastos del gobierno para contener la pandemia en medio de la disminución de los ingresos debido a una desaceleración en las actividades comerciales.  

Tradicionalmente, Liberia ha dependido de la silvicultura (caucho y madera) y la minería (oro, diamantes y mineral de hierro) como principales fuentes de ingresos. La agricultura emplea a más de la mitad de la población, pero el sector minero tiene el potencial para generar ingresos y ayudar a reducir el desempleo. Dada su considerable tierra cultivable, el país tiene el potencial para diversificar los cultivos, mejorar los vínculos con el mercado y las cadenas de valor agrícolas lideradas por el sector privado, lo que podría incentivar la creación de empleo, nuevas oportunidades de ingresos y la reducción de importaciones de alimentos. En este sentido, la agenda a mediano plazo de Libera se centra en la integración regional, la inversión privada y el comercio con los países de la unión del Rio Mano; además está modernizando la agricultura para aumentar la productividad y conseguir los objetivos expuestos.

En relación con las exportaciones destacan el caucho, el mineral de hierro y los minerales, en concreto los diamantes y el oro. La base de sus importaciones está constituida por petróleo y derivados, alimentos y animales vivos y bebidas y tabaco. Los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) son el principal destino de sus exportaciones, seguido de la Unión Europea. China se sitúa en la cabeza como país proveedor, seguido de la CEDEAO. Para el país es esencial la diversificación de exportaciones de alto valor y disminuir la dependencia de las importaciones.

En el país todavía persisten la baja educación y habilidades técnicas, su capacidad humana e institucional es inadecuada para transformar sus recursos naturales en riqueza y el déficit de transporte y energía socava la inversión privada en minería, manufactura, servicios y agro procesamiento. Además, la baja inversión del sector privado de la economía y la estrecha base impositiva limitan los ingresos fiscales, aumentando la dependencia de préstamos externos. El gobierno está abordando los déficits de infraestructura en transporte y energía y está tratando de crear un entorno empresarial favorable. Un nuevo plan de desarrollo, the Pro-Poor Agenda for Prosperity and Development 2018-23, ha priorizado el desarrollo de infraestructura y la creación de empleo.

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Fuente: ICEX y Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación

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