Eritrea

El crecimiento del PIB se proyecta en un 0.3% para 2020, en el mejor de los casos, en comparación con el 3.9% estimado previamente. Se prevé que el COVID-19 afecte negativamente las perspectivas económicas del país a través de los precios de los productos básicos y el comercio, la inversión extranjera directa y los viajes y el turismo. En el primer trimestre del 2020 los precios del zinc y el cobre cayeron; en general, la caída de los precios de los metales afectará a los ingresos de divisas y los ingresos públicos, lo que puede retrasar la implementación de infraestructura transformadora, con impactos adversos en el crecimiento del PIB. Ante la incertidumbre económica mundial es probable que los flujos de IED se desaceleren, lo que podría afectar las inversiones en el sector minero, ya que la mayor parte de la IED se concentra en ese sector. Se espera que los menores ingresos por exportaciones de mercancías y servicios reduzcan el superávit en cuenta corriente del país en 2020 entre el 8.1% y el 10.3% del PIB. Se prevé que los shocks derivados de la reducción de la demanda por la precaución de los consumidores y las medidas de contención afecten también a la oferta, aumentando así la inflación al 5% para 2020. Por otro lado, el aumento del gasto público en respuesta al COVID-19 en medio de ingresos ya deprimidos empeorará el déficit fiscal, que se proyecta en un -4.7% del PIB para 2020.

La perspectiva económica del país anterior a la pandemia era positiva, respaldada por la eliminación de las sanciones de la ONU, los dividendos de la continuación del acuerdo de paz y amistad con Etiopía desde 2019 y el cese de las hostilidades con Yibuti. Esto ha allanado el camino para la reincorporación de varias organizaciones internacionales que apoyarán a diversos sectores de la economía. Las principales oportunidades en el país se encuentran en la minería, el turismo y la agricultura. Antes de la pandemia, las inversiones en cobre, zinc y potasa estaban aumentando, había interés por parte de Italia y otros países para invertir en el desarrollo de las islas y la costa con el fin de impulsar el turismo, y además la agricultura estaba atrayendo inversiones de socios de desarrollo en riego, microcrédito y medios de vida alternativo.

En el sector exterior, destacan países europeos entre los principales socios comerciales de Eritrea como Francia e Italia. China también se posiciona entre los primeros destinos de las exportaciones, y Arabia Saudí se sitúa entre los primeros proveedores. Los metales son la principal exportación del país, representando un promedio del 85% de las exportaciones de mercancías y el 17% del PIB, aproximadamente. En cuanto a las importaciones, destacan los alimentos y el ganado, productos manufacturados y maquinaria y medios de transporte. El turismo puede ser una fuente emergente de divisas a pesar de que su contribución todavía sea baja; no obstante, con las restricciones globales de viaje y las medidas nacionales de contención el turismo y la hostelería se han reducido.

El país enfrenta algunos desafíos como el dominio de las empresas estatales y su dependencia del financiamiento estatal, en las que los efectos indirectos de la deuda podrían repercutir en su producción. Además, la dependencia de las exportaciones de oro y zinc y materias primas agrícolas hace que el país se vuelva vulnerable a conmociones externas, a las que se suman la vulnerabilidad a los choques climáticos y la transformación agrícola atrasada que reducen la productividad. Otros desafíos son las restricciones para iniciar un negocio, las inadecuadas infraestructuras y la debilidad de las finanzas internas, entre otras.

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Fuente: ICEX y Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación

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