La pobreza y el subdesarrollo, la desertización, la porosidad de las fronteras, la compleja integración de las poblaciones nómadas en la estructura del estado y la falta de capacidad estatal para controlar vastos territorios han permitido que el Sahel se convierta en una encrucijada para la estabilidad política y socioeconómica de África. Esta situación también ha derivado en la emergencia de una amenaza seria para la seguridad y el desarrollo de la región: la presencia de grupos terroristas activos sobre el terreno, entre los que destaca Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación organizó un seminario a puerta cerrada que tuvo lugar ayer en Casa África en el que se debatieron y coordinaron políticas con especialistas africanos y europeos y representantes de organismos como Naciones Unidas. Responsables de seguridad y lucha antiterrorista de Mauritania, Malí, Níger y Argelia y sus homólogos de España, Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos estudiaron las causas de la inestabilidad de la región, posibles escenarios y evoluciones de cara al futuro y acciones concretas para hacer frente a los desafíos que presenta el Sahel. Además, propusieron ideas para aumentar la eficacia de la ayuda a la región de actores no sahelianos, como la Unión Europea y sus estados miembros.

Este seminario también trató sobre la confluencia de actividades terroristas y criminales en la región, centrándose específicamente en la penetración del narcotráfico en África occidental y su influencia en la corrupción de los sistemas políticos y la financiación del terrorismo. Sin embargo, la delincuencia transnacional utiliza sus bases operativas en el Sahel no sólo para favorecer el tráfico de estupefacientes a escala internacional: abarca todo tipo de tráficos ilícitos a nivel planetario, desde el tabaco a las personas, pasando por medicamentos pirateados, armas o diamantes, además de sostener conexiones con el blanqueo de capitales, la falsificación de monedas y las estafas.

Dados los múltiples factores que inciden en la inestabilidad del Sahel y la diversidad de actores en la zona, España defiende activamente en todos los foros internacionales una política integral que aúne seguridad y desarrollo, en línea con la postura promulgada por la Unión Europea.

La posición española defiende diálogo político, programas de desarrollo y colaboración militar y policial como una estrategia integral para atacar a la vez inseguridad y subdesarrollo. Además, España propugna un papel más activo y consensuado de la Unión Europea para conseguir que este enfoque sea más eficaz y la coordinación con otros actores con influencia en la región como CEDEAO, Unión Africana, ONU o Estados Unidos.

El seminario sobre la situación del Sahel reunió en Casa África a expertos como Julio Herráiz, Subdirector General de Asuntos Internacionales de Terrorismo del MAEC; Mohamed T. F. Maïga, Presidente del Comité Interministerial de Coordinación de la Lucha contra el Terrorismo de Malí;  Mohamed AG Erlaf, Coordinador del Programa Especial de Paz, Seguridad y Desarrollo del Norte (PSPSDN) de Mali; Francisco Caetano José Madeira, Director del Centro Africano de Estudios e Investigación sobre el Terrorismo, adscrito a la Unión Africana; Said Djinnit, Representante  Especial y Jefe de la Oficina de Naciones Unidas para África occidental, y el General Mahamane Touré, Comisario de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la CEDEAO.

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