Cuando la presidenta de Tanzania asumió su cargo el año pasado, tras la repentina muerte de su predecesor a causa de un presunto COVID-19, se consideró el comienzo de una nueva era. Samia Suluhu Hassan, la primera mujer presidenta del Estado de África Oriental, trató inmediatamente de distanciarse de su antiguo jefe cuando dijo al Parlamento que "dejara de compararme con [John] Magufuli".Sin embargo, los analistas no sabían qué hacer con Hassan, que fue vicepresidenta en un régimen que había aislado a Tanzania de sus vecinos y de la comunidad internacional. El ex presidente John Magufuli había empujado a Tanzania hacia nuevos niveles de autoritarismo y había convertido al país en un paria mundial debido a su negación del COVID-19.