Un artículo de Alain Ebobisé. Tras una recesión en todo el continente, una recuperación diseñada y financiada en gran medida por los africanos está al alcance de la mano. Si bien la pandemia de COVID-19 está golpeando duramente al continente, estrategias como el reciclado de activos, la continua digitalización y una mayor integración regional pueden ayudar a garantizar que África sea lo suficientemente fuerte para luchar contra ella. "En el caso de África, la pandemia COVID-19 significará probablemente un crecimiento negativo del PIB a un ritmo sin precedentes. Además, varios países africanos están haciendo frente a las consecuencias del colapso de los precios de los productos básicos, otro factor clave que contribuye a las actuales tendencias recesivas. El continente debe ahora navegar hacia la recuperación económica y, al mismo tiempo, desarrollar la capacidad de recuperación ante futuras conmociones. Desde el fortalecimiento del sector de la salud hasta el fomento de un crecimiento económico de base amplia, los dirigentes africanos deben elaborar nuevas estrategias para resolver los problemas estructurales. Dado que los asociados externos del continente también se han visto afectados por COVID-19 y se centran en sus propias necesidades internas, y que el capital está huyendo de los mercados emergentes (incluida África) a un ritmo sin precedentes, incluso antes de la pandemia, los encargados de la formulación de políticas de África deben mirar hacia adentro”.