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Exposición: Fernando Nguema. Obras incompletas 1992 – 2008
Fernando era un "escultor de arte moderna" como le gustaba describirse. Buscaba raíces en el bosque, las llevaba a su taller, las retocaba sorprendentemente poco y las convertía en esculturas con verdadera fuerza expresiva.
Alfonso Ramos
Del 26 de octubre de 2016 al 5 de enero de 2017, Casa África alberga en sus salas Kilimanjaro y Guinea Ecuatorial la exposición Fernando Nguema. Obras incompletas 1992 – 2008 con el propósito de rendir homenaje a este escultor ecuatoguineano.
En colaboración con la Agencia Española de Cooperación y al Desarrollo (AECID), Casa África reúne en su sede algunas de las obras más representativas de Nguema. Hablan por sí solas de la grandeza creadora de este polifacético artista que falleció hace algunos años. La mayoría de estas piezas pertenecen a la colección de arte de la AECID y otras a colecciones privadas en España y Guinea Ecuatorial.
Fernando era un creador poliédrico: tocaba el xilófono, cantaba, pintaba, trabajaba con los instrumentos musicales tradicionales y sobre todo tallaba. Fernando se definía a sí mismo como un hombre de la selva y sus obras nacían del bosque.
Eloísa Vaello Marco
La muestra que ahora se expone en Casa África es la primera retrospectiva de la trayectoria de Nguema y abarca prácticamente toda su vida artística, desde que deja Luba en 1991 hasta su fallecimiento en Malabo en 2008.
Esta exposición pretende homenajear la figura de este inclasificable escultor, apenas conocido en su país y mucho menos fuera.
Su obra nunca fue ni valorada ni cotizada. La mayoría de las piezas que realizó las adquirió su círculo más próximo de amigos. Ellos, en gran medida, son los prestatarios de esta exposición.
Leandro Mbomío, una referencia en la escultura del continente, confesaba que Fernando encarnaba la sucesión natural de su obra, ya que aunaba tradición y contemporaneidad. Fernando quizás nunca fue consciente de que era ese último eslabón, ya que, por sus circunstancias personales siempre vivió en Guinea, y, salvo unos meses que pasó con su maestro gabonés Obiang Edjan, nunca accedió a ver de cerca el trabajo y propuestas de otros artistas, u otras corrientes creativas que hubieran podido nutrir e influir en su obra.
El entorno en el que le tocó vivir le convirtió en un autodidacta. Esta característica es quizás una de las que marca la singularidad y originalidad de su obra, que no deja a nadie indiferente.
Otra faceta importante en su trayectoria es la formativa. Fernando Nguema siempre se sintió obligado a transferir su conocimiento, tanto artístico cómo técnico. Él fue el responsable del taller de escultura del Centro Cultural Hispano-Guineano de Malabo. Era su espacio, para enseñar y para crear, donde desarrolló su etapa más prolífica y original.
Su obra es tradición, pero también denuncia. Es lírica, divertida, irónica, comprometida, delirante, lúdica, mordaz. Se sentía orgulloso de ser fang y custodio de su rica y ágrafa tradición. Ahora nos queda a nosotros el reto de descifrar el mundo interior de Fernando Nguema a través de sus obras.
Jorge Peralta, Jefe del Departamento de Cooperación y Promoción Cultural de la AECID
Galería de fotos publicada por el diario La Provincia
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